Llegando en el taxi que me acababa de dejar en la entrada del hotel pude observar algo que me llamó la atención.
¿Gerard?
Le vi salir a toda prisa del hotel, sacó su móvil del bolsillo y marcó algún número de teléfono y comenzó a hablar con alguien de forma que se le notaba bastante sobresaltado y la expresión de su cara reflejaba rabia.
Me acerqué a él cuando terminó de hablar.
- ¿Gerard?
- Lo sabe- afirmó de espaldas a mí.
- ¿Se lo has dicho?- sonreí sin poder evitarlo.
- No, su, al parecer, novio lo ha dicho cuando estaba a punto de confesarle todo lo que sentía por ella- se giró ahora si, mirándome con expresión aun más rabiosa- ¿ Y como Llorente puede saber esta trama? Si no lo conozco más que de patearle el culo en el campo.- me cogió bruscamente por los codos.
- ¡Ay! Me haces daño, Gerard- me quejé.
- Eres una auténtica zorra- chilló sin demora, presionando más aun sus dedos contra mis codos.
- ¡Gerard, ¿Qué haces?!- exclamó Sergy desde la entrada del hotel, de la cual acababa de salir.
¿Qué que hizo?
Observarnos desde donde se encontraba, ni siquiera se acerco, NADA.
- ¡RESPONDE!- siguió gritando sin dejar de hacer cada vez más fuerza.
- ¡Eh, eh, eh!- oí como una voz realmente familiar, que en esos momentos extrañamente me alegré de oír chilló a lo largo junto al ruido de un motor- ¡Tío, però que cony fas!- gritó escandalizado mientras venía corriendo hacia nosotros.
- Por favor, Gerard, suéltame- sollocé debido al dolor que me estaba produciendo y el miedo de su expresión.
- ¡Que la sueltes!- le cogió por lo alto del hombro estirándole así.
En un impulso de retirarlo consiguió que por inercia Gerard le golpeara con el codo-por lo que pareció- fuertemente a Cesc. Éste acto seguido de alguna palabra que desconocí su traducción provocó que Cesc se encarara a su mejor amigo, marcando su puño en su carita bonita. Gerard, sorprendido pero con la misma rabia contenida cuando estaba a punto de devolverle el golpe en una posición sobreelevada se echó atrás.
- Estic fins als cullons de tothom.
Lo siguiente que hizo fue acercarse a uno de los múltiples taxis que paraban frente al hotel y antes de subir pude observar como de nuevo volvía a marcar un número de teléfono desde su iphone.
- Abby, ¿estás bien?- una vez el taxi donde iba Gerard arrancó, Sergy se acercó hacia mi corriendo y me presionó sobre su pecho.
Cobarde era un adjetivo que lo describía de pies a cabeza.
- ¡Suéltame!- me aparté de él bruscamente- ¡déjame en paz!
Salí corriendo hacia el hotel dirección a mi habitación. Esperando el ascensor me encontré una vez se abrieron las puertas a Fernando y Eli cogidos por la mano y él besándola.
- ¡Abby! ¿Por qué lloras?- exclamó ella.
No me había dado cuenta de que estaba llorando, pero puedo jurar que no era miedo, tampoco tristeza, no. Era rabia.
Aquella vez fue Piqué, y probablemente si no hubiera sido-desgraciadamente- por Cesc, del cual no entendía su comportamiento, me hubiera podido llegar a hacer mucho daño mientras Sergy observaba como herían a su futura mujer.
Al llegar a la habitación recordé que la tarjeta que abría la puerta la tenía Sergy, al cual obviamente no iba a ir a buscar.
Así pues decidí bajar a tomar algo fuerte.
Varias parejas y familias con niños entraron al restaurante, completo, donde se montaba un gran barullo, me pareció extraño.
Obvié que estaría pasando y me dirigí a mi destino.
- Martín- le pedí al barman.
Me asemejé con Eli.
Cuando el copa trajo la copa vi algo, al menos para mi, fuera de lo común y es que pétalos de rosa adornaban la copa en su interior. Supuse que sería algo típico en España.
Extrañada pegué un sorbo-
Al levantar la copa pude ver que el posavasos estaba escrito, donde se podía leer:
Bla, bla, bla…
Te quiero.


1 comentarios:
*sin palabras*
Publicar un comentario