- No te encontraba, ¿Qué hac…- se quedó callado al acercarse y ver con quien estaba su querida novia.
Lo que faltaba. Ahora no esta estaba Cesc para evitar que de nuevo los impulsos de Gerard generaran más moretones en mis brazos, aunque siendo realistas no creo que en aquel momento fuera a hacerme nada, y menos estando Eli delante.
- ¡Gerard!- exclamó Kristine, de la cual nos sorprendimos todos ya que incluso se levantó a saludarlo. Hace unos años ni hubiera levantado la mirada hacia él.
- ¿¡Kristine!? ¿¡Qué haces aquí!? ¡Cuánto tiempo!- sonrió éste ampliamente. Mientras tanto me dediqué a observar la cara de asco de Nuria, de la cual también se percató Kristine y no sé calló ni un pelo.
- Oye, ¿tu novia es tonta o es que come flores?- le preguntó a Gerard- Si qui-sie-ra fo-llar-me a tu no-vio ya lo ha-bría he-cho- se dirigió a Nuria hablándole de la misma manera que ella antes.
- Voy a pedir, ¿Qué quieres?- preguntó la teñida, sin antes no gesticular una cara de odio-asco.
- Cerveza-respondió Piqué.
Ella asintió y se fue.
Tras irse, nadie dijo nada, a lo que a Kristine le extraño bastante, solo había que ver su cara. Se había vuelto bastante expresiva.
- Uh, ¿Qué pasa aquí?- nos miró uno a uno manteniendo ese gesto de ignorancia sobre el asunto.
- Yo me voy- pronunció Eli cogiendo su gran bolso, o mejor dicho maleta, ya que parecía que llevase un cargamento en él, y se levantó dirección a la puerta.
Esperé, tanto yo como Kristine alguna reacción por parte de Gerard, pero; ¿Qué hizo?
Nada. Mirar hacia otro lado.
Asique Eli salió por la puertas mientras la observábamos. Aquello no iba a quedarse así, o al menos eso es lo que pensaba Kristine.
- Eh, ¿pero esta es tonta?- exclamó y me miró extendiendo los brazos- pero si hemos venido en mi coche- bufó- Desde luego Ger, te luces con las mujeres- le dio una palmada en el hombro y salió tras Eli.
Gerard se quedó allí en la misma posición mirando al suelo con la mirada perdida.
Yo me quedé al igual que él, inmóvil. No sabía que hacer si irme o quedarme.
De repente vi un puño chocar a escasos centímetros sobre la mesa donde yo me encontraba.
- Por qué- susurró.
- Gerard, yo… Fernando la quiere- solo pude decir.
- Aquí en cuarenta y cinco minutos… por favor- suplicó y se fue con una sonrisa en la boca, como si no hubiera sucedido nada, hacia donde se encontraba Nuria, tras esto la besó.
Salí de allí y llamé a Eli.
- ¿Dónde estáis?¿Que hacéis?- exclamé al no verlas por ningún lado de la calle.
- El gilipollas- respondió Kristine desde el móvil de Eli- A ver pone…- pude descifrar que buscaba alguna placa donde pusiera en que calle estaban- A-vin..guda de Ca..ta...luna o yo que sé- exclamó angustiada, a Kristine eso de los idiomas no le iba mucho.
Sabía más o menos donde estaban, ya que la vez anterior que visité Barcelona, Sergy me había llevado por allí. No estaban más que a unas cuantas manzanas de donde me encontraban, pero aun así me sorprendió que hubieran llegado tan rápidamente en menos de escasos minutos.
Cuando a penas me quedaba un par de manzanas comenzó a montarse un barullo en el arcén; miles de coches se pararon y comenzaron a vocalizar insultos que no comprendí y a tocar seguidamente el claxon.
Seguido a ello todas las personas que iban andando por la acera miraba hacia donde estaba el barullo para observar como miles de curiosos lo que sucedía, opté por obviar que se trataba de un atasco más en una gran ciudad. Estaba más que acostumbrada a ver esa escena una y otra vez en Nueva York.
- Abner Allsbrook- gritó alguien fuertemente desde una distancia considerable.
Me quedé totalmente paralizada y boquiabierta al oír aquello.
Nadie, absolutamente NADIE sabía mi nombre completo ni mi apellido. La gente comenzó a mirarme; y antes de que pudiese volver la mirada para ver quien era la persona que había dicho mi nombre sentí como alguien presionaba sus labios intensamente contra los míos.
- Bla, bla, bla, te quiero.


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