- ¿Pero qué..?
- Ha pedido que te lo sirva así-aclaró el barman.
Miré hacia ambos lados buscando al propietario de aquel siniestro aunque bonito gesto.
Finalmente seguí bebiendo tras hacerle preguntas sin respuesta al camarero acerca de aquello.
No recuerdo bien, pero después de un par de copas más de Martín y alguna que otro Tequila se qué que desperté encima de mi cama, algo que no recordaba haber hecho. Comprendí a Eli en aquel momento cuando me obligaba a callarme por la mañana.
- ¡Abby!, ¿Cuándo llegaste anoche? Que mal hueles- exclamó.
- ¡AAAAAAAAAAAAAAAAH!- chillé al abrir los ojos y verla a menos de veinte centímetros de mi cara.
- ¡AAAAAAAAH!- chilló también ella.
- ¡JODER HERMANO!- se oyó otro chillido burlesco desde la puerta de la habitación, ambas miramos hacia ella.
- ¡KRISTINE!- gritamos.
Eli fue corriendo a abrazarla mientras yo seguía muriendo en la cama.
Había cambiado mucho en lo físico.
Su pelo rojizo aun lo mantenía, recogido ahora en una larga coleta hacia un lado, de donde ella salían diversas rastas de diferentes colores, acompañado de un largo y enrevesado tatuaje que lucía en uno de sus brazos desde el hombro hasta el fin de la muñeca. Su estilo era un tanto salvaje una falda de tubo junto unos tacones negros y una camiseta informal completaban su conjunto, era completamente opuesto al vestuario de Eli; siempre formal y cuidado hasta el último detalle.
Decidimos ir a un bar en el centro de Barcelona.
- Bueno, ¿Cómo sabías que estábamos en ese hotel, o en España?- pregunté aturdida.
- Contactos- realizó un movimiento de cejas. Eli rió.
- Que va, en realidad fui a Nueva York, a vuestro loft, pero no encontré a nadie, así que decidí ir a Boston, por curiosidad si estabais allí, llegando a casa de tus madre- miró a Eli- me encontré a Mary- rió nostálgicamente mientras sacudía la cabeza- ¿la recordáis, verdad?
- Si- escupió Eli.
- Pues no sé como pero me contó que se había enterado de que estabas aquí con Sergy y Abby, así que me embarqué rumbo a España, ¡fin!
- ¿Y por qué sabe esa cosas de mi vida?- mantuvo la cara de asco Eli.
- Déjala, sabes que siempre le ha encantado los chismes.
- Afrontó mal que la dejara Gerard- comentó Kristine.
Yo deseé que no dijese aquel nombre una y otra vez. Nadie dijo nada, un silencio se prolongó durante minutos, no quise decir nada, pero Kristine nunca había tenido demora en decirle lo que pensaba a Eli, y ésta siempre acababa haciéndole caso, al menos cuando iba sobria.
- ¿Qué pasa? ¿Por qué os calláis?- preguntó, como yo temía, Kristine.
- Kristine mejor que no…
- ¡NADA! Que Gerard ES UN GRANDÍSIMO HIJO DE PUTA- se sobresaltó incluso llegando a levantarse- eso pasa- sonrió irónicamente.
Me agarré a la mesa, no sé si fue por miedo a Eli o porque estaba mareada por lo de la noche anterior.
- ¡Abby! ¡Qué haces aquí!- exclamó una voz que temí reconocer. Giré hacia donde estaba y, en efecto, era ella.
- Nuria- sonreí incómodamente.
La guinda del pastel.
Eli la observó con una cara notablemente sorprendida.
- ¿Estás con tus amiguitas?- preguntó con despecho la novia del rubio.
- Si- sonreí falsamente.
- Hola, soy Nuria- se presentó hablando en un tono muy elevado, como si fueran idiotas- la novia de Gerard Piqué, el futbolista.
Las caras de Eli y Kristine fueron un cuadro, el mejor de todos los tiempos.
- ¿Esta es tonta o se lo hace?- se dirigió descaradamente Kristine hacia mi sin importarle la presencia de Nuria.
- Kristine- rió Eli y le dio un golpe en el codo.
Claro que la cara de Nuria tampoco tenía precio. Aquello parecía un patio de colegio.
- Nuria, Què fas aq..


0 comentarios:
Publicar un comentario