jueves, 26 de agosto de 2010

Capítulo veinte

Salí corriendo tras ella, ¿que estaba pasando allí?¿era la única idiota que no se enteraba de nada o que? Estaba dispuesta a saber que pasaba ahí, si o si.

- ¿¡Dónde vas!?- preguntó desconcertado Cesc.

- Ahora vuelvo, Cesc- le besé la mejilla.

Salí corriendo, coociendo a Beth no habría llegado muy lejos y menos con los zapatos de tacón que llevaba y por la rozadura que le hacían... como mucho dos manzanas.

Y como me había figurado a unas dos manzanas aproximadamente estaba ella, sentada en un banco y por su cara de dolor y sus pies descalzos, la rozadura de los zapatos le había hecho más daño.

Me apresuré a acercarme pero paré en seco cuando ví como por detrás sin ella percatarse se le acercó Gerard Piqué.


La debió llamar por su nombre o hacerse notar porque ésta rápidamente se giró. Bastante enfadada cojió los zapatos que estaban sobre el banco y se fue de allí así tal cual-descalza-. Piqué a los pocos segundos de observar la escena salió detrás de ella y en tres largas zancadas la alcanzó y le cojió de la muñeca reteniendola.

Me acerqué un poco más apra poder escucharles. Pude ver como la cara de Gerard pasaba a estar mucho peor, más enfadado.

- ¿¡ES QUE NO LO ENTIENDES, GERARD!?- oí claramente yo y toda la calle.

Gerard con sus grandes manos cojió a Beth de ambos lados de la cara y comenzó a susurrarle algo, pero no conseguí escucharlo desde donde estaba y tampoco me podía acercar más, estaba detrás de un buzón de correos, la gente de por si ya me miraba raro.

Me impresionó mcuho que después de que le dijera Gerard a Beth, ésta última echara a llorar.

- Beth...- susurré boquiabierta.

En un impulso eché mi cuerpo hacia delante para ayudarle y consolarla pero una mano me sujetó del hombro.

- No Abby.

- Cesc- me giré sorprendida de verle allí- déjame.

- Abby, creeme es mejor. Déjales a ellos- decía bastante serio- solos-remarcó.

- Pero Beth está..- me giré para señalarle como se encontraba.

Y en ese preciso momento vimos como gerard cojía en sus brazos a Beth y en una de sus manos llevaba los zapatos de ella, y en pocos segundos las tristes lágrimas pasaron a ser dulces sonrisas.

- Corre, vamos a la cafetería- instó Cesc.

- ¿Por qué?- pregunté divertida a Cesc-¿qué pasa?

- Hazme caso- sonrió mi chico de metro ochenta.


Volvimos lo más rápido que pudimos a la cafetería y nos sentamos en la misma- que por suerte aún nadie la había ocupado- mesa que donde estábamos pidiendo lo mismo que antes.

Dos minutos más tarde, como si no hubiera sucedido nada Beth entró con la cara impecable sin ningún signo de haber llorado y con los zapatos en los pies. A ésta le seguía Gerard Piqué con una sonrisa que se le escapaba de la boca.

- Cesc- sonrió Cesc. A cualquiera otra persona le hubiera desconcertado esa reacción después de lo ocurrido a Cesc, pero parece ser que a Cesc no, y le devolvió la sonrisa.

- Tío, siéntate o qué rubia- bromeó Cesc refiriendose a Gerard, que éste aún seguía de pie y no se había sentado.

- Ya, esperaba que la señorita- sonrió irónicamente hacia Beth- decidiera que sillita cojer-finalizó con retintín.

- Piqué..- regañó como una madre a su hijo Cesc a éste para tranquilizar la situación y evitar escenitas.

- Pff- bufó Beth.

Había tensión en el ambiente, Cesc y yo lo podíamos notar e incluso se podría cortar con unas tijeras.

- Bueno tío- dijo Gerard rompienso el incómodo silencio- ¿no se lo piensas decir nunca o qué?- Todos le miramos extrañados.

- ¿El que?- preguntamos intrigadas Beth y yo.

- Pues.. que.. el día cuatro me voy a Inglaterra- dijo Cesc.

- ¡QUÉ!- exclamé.

- Me han fichado para el Arsenal- confesó finalmente.

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