- Pero Cesc, ¿es que no lo entiendes? ¡que no puedo! N-O.- comenzó a gritarme histérica.
- Eli, tranqui, no te alteres, vamos dentro y lo hablamos- intenté tranquilizarla cojiéndola del brazo.
- ¡Que no!- de una manotada quitó mi mano de su brazo.
- Petite, por favor. Venga, que no come- me eché las manos a la nuca.
- ¡Que no me llames así!-gritó más aún- por favor Cesc-susurró después.
- Vale, vale, pero por favor Eli, entra.
- Fàbregas, óyeme bien: NO- sonrió, se giró y se fue.
De repente Gerard salío, la buscó con la mirada y fue hacia ella en pocas zancadas. Una vez llegó donde estaba ella sin pensárselo ni avisarla la cogió como a un niño pequeño llevándola así de vuelta donde estaba yo.
- Cesc te he dicho que.. ¡AAAAH! suéltame, joder, Gerard Piqué, no me hagas liarla- éste comenzó a reir como un descosido.
- ¡Ah! ¿que no es lo que estás haciendo?- siguió riendo aún mas.
- ¡Suuuuuuuuuuuuuuuuuuuuubnormal! que me sueltes, ¡CESC, POR DIOS, AYÚDAME!- me encojí de hombros con una leve sonrisa.
Aquella escena era muy cómica. Eli y Piqué lo eran en sí. No podía parar de reir y Piqué tampoco.
- ¿Es que sois subnormales?- dijo más enfadada Eli.
- Vamos, Eli, ¿tregua?- dijo finalmente aún riendo Piqué.
- Ni tregua ni mierdas- se soltó de los fuertes brazos de Piqué- Pf- comenzó a peinarse.- Me das asco, Gerard Piqué- pronunció antes de volver a entrar en la cafetería.
Me fijé en la cara de Piqué y pude ver como la risa que antes esbozaba en su boca se convertía en una linea recta y bajaba la cabeza mirando al suelo.
- Tío- me acerqué a él e hice hincapié de poner una mano en su alto hombro.
- No- dijo con un tono totalmente serio y nada divertido- pf- se fue después cabeizbajo y con una mano en el bolsillo y otra tocándose la nuca.
Entré a la cafetería, pude ver como Abby y Eli hablaban de algo y cuando yo llegué se callaron indiscretamente.
- Cesc-sonrió Eli como si no hubiera pasado nada.
- Eli- contesté serio- Abby, cielo- le sonreí a ella besándole en la cabeza.
Comenzaron a hablar de algo, un baile o algo así no presté mucha atención hasta que finalmente no pude más y me hice notar.
- Eli, eres una hija de puta.
- ¿¡Qué!?- se sorprendió notablemente- Cesc, ¿que estás diciendo?- rió nerviosamente.
- Ya lo sabes- dije bastante enfadado.
Ví como Abby, la pobre no se enteraba de nada de lo que pasaba y miraba la situacion incrédula.
- Pff, es que, pf, me voy mejor- se lamentó indignada- nunca cambiaréis, joder- refunfuñaba mientras se levantaba de la silla y se iba.
- Otra vez solos- sonreí.
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