lunes, 16 de agosto de 2010

Capítulo trece

Sergy

Otro día más y los que me quedaban.

Quité la fina sábana que cubría mi cuerpo y me levanté poniendo el pie izquierdo en el suelo primero, ¡menudo día me esperaba! no veía nada, se debía a las legañas que tenía, la noche anterior me había quedado muy tarde en el ordenador.

Bajé así tal cual, vistiendo solo unos calzoncillos a la cocina, pasando antes por el espejo del pasillo de la segunda planta, junto a el dormitorio de mi madre. Mi pelo lucía despeinado y mis marrones ojos apenas podía verlos, estaban entrecerrados.

- ¿Mamá?- pregunté mientras bajaba las escaleras, esperando que estubiera en la cocina.

Al llegar a la cocina vi un post-it pegado en la mesa de ésta.

"He tenido que salir.

El desayuno está al lado del microondas.

besos mamá xxx"

Cojí la nota y la envolví con mi puño arrugándola completamente. Me acerqué al microondas y cojí la ensaimada y un zumo natural de naranja que me había dejado mi madre como desayuno, con la ensaimada en la boca, me acerqué al zapatero que estaba junto al recibidor y me calcé la Nike Air nuevas y salí de allí.

- Joder tío, pareces una tía ¿que coño hacías?- saludó Gerard, dandome una palmada en el hombro.

- Me había dormido, es que anocheee..

- Te hinchaste a pajas, ¿no?- esbozó una de sus sonrisas pícaras, reí.

- Subnormal. Tío, y ¿Cesc donde para?

- Ya sabes, él y sus rollos con Abby- se llevó la mano a la nuca y bajó la mirada; susurró algo pero no pude adivinar que era.

- Joder, menuda zorra- pensé en alto para mí.

- No eres su centro de atención, no seas ego, tío, ademas ¡mejor!- rió burlonamente.

- Yo que sé.

Una calle antes de llegar al Charlestown, Gerard se quedó mirando hacia la calle de su izquierda.

- Eh, tío ¿que haces?- tardó varios segundos en percatarse de que le estaba hablando.

- ¡Tío, que llegamos tarde!- me dio una colleja y salio corriendo, yo trás él para devolvérsela.


Gerard que era un año mayor, diecisiete, subió al tercer piso donde estaba su clase. Mi clase estaba al fondo a la derecha de la segunda planta. Entré y me fue extraño no oir los pequeños, pero audibles susurros de Kristine Vintage, ni tampoco vi a Abby escuchándola con cara rara por lo que ésta le contaba, y especialmente tampoco ví a Elizabeth Anderson peinándose mientras Cesc le hacía de rabiar. Éste último tampoco se encontraba allí pero Gerard ya me había contado que estaría con Abby, lo cual explicaba la ausencia de ésta.

Tocaba otra vez más Biología, no seguía mucho el horario, pero tenía esa sensación de que siempre tocaba esa puta clase; ¡joder, no me servía de nada para ser futbolista!. Me faltaban solo dos años para poder entrar a un equipo americano, sin necesidad de ir a la escuela por la que hay que pasar antes, ya que mi tío era el míster.


Era la hora del almuerzo y ni Cesc, ni Abby habían aparecido.

- Tío, ¿que coño hacer el Fàbregas?- pregunté con cierto tono de indignación.

- Macho, ya te lo he dicho: rollos raros con Abby- Andaba despistado, como buscando a alguien. Pero ni Mary que apareció de repente le sacó de su despiste.

- ¡Mi amoooor!¡ Cielo, te he echado de menos!- chilló para que, como siempre todo el mundo por sus chillidos se volvieran hacia ellos, consiguiendo así toda la atención; y cuando lo consiguió le plantó un largo- e incluso empalagoso- beso, pero ni aquél beso le sacó de su gran despiste.

- Ehm... si- se limitó a contestar con una sonrisa forzada.

- Pero si el martes..- comencé a decir, no terminé la frase, esa tía no merecia la pena.

- Tío- llamó mi atención el rubio de metro noventam con un tono muy serio- Voy a buscar a Fàbregas. Luego vengo- se quitó de un leve pero brusco empujón a Mary de encima y echo andar hacia adelante con grandes zancadas.

- Vale- contesté sin pensarlo mucho, pero cuando ya había recorrido una distancia de veinte metros, le llamé- Oye, espera voy contigo.

- Pues va- mantubo su tono serio.

Siempre había sabido que Abby desde el colegio estaba loca por mí, y bueno... seré franco nunca ha sido mi tipo, era de esas chicas que no te llaman la atención, unas más.. del montón. Bastante normalita: pelo negro a la altura del hombro, ojos marrones y metro setenta o por ahí. Pero hace unos años, un día que vino con Gerard, Cesc, Carles, Josep y otras chicas más, jugamos a un juego de botella, donde nos tocó el típico beso, se emocionó y le dió esperanzas, pero aunque no fuese mi tipo para nada, me caía bien, además mi madre y sus padres siempre habían sido buenos amigos. Pero la idea de Fàbregas y Abby juntos no me terminaba de convencer; más por él que por ella, él siempre había estado con chicas rematadamente guapas; como yo y Gerard, pero no entendía por qué a estas alturas Abby.

Decidí ir con Gerard a ver que pasaba más a fondo con ellos.

Mientras nos dirigíamos hacia allí, el movil de Gerard comenzó a sonar, éste hizo como si no pasara nada, hasta que se sacó el movil del bolsillo, lo miró y pensándoselo unos sengundos lo cojió.

- Tot està bé- Dijo tajante.

No comprendí lo que acababa de pronunciar, per supuse que era catalán y que debía de ser su madre o alguien de su familia. Lo que más me extraño de eso, esque tras pronunciar esa frase colgó, sin esperar a que respondiera.

Pasamos de lejos y vimos a una corta distancia como Kristine fumaba marihuana, me llamó la atención, pero ya había oido algo por ahí. Parece ser que Gerard no se sorprendió.

- ¿Y Cesc?- gritó dirigiendose a Kristine.

- Con Abby no sé donde- Antes de que gerard pudiera girarse y volver al Charlestown, Kristine añadió; Beth está ahí- señaló hacia direción opuesta donde ella se encontraba. Gerard hizo caso omiso.

- Joder, vamos al Charlestown otra vez- susurró el rubio.

- Joder hermano, puto mechero ¡joder!- podía oirse conforme nos alejabamos gritar a Kristine.


- Tió- exclamó Gerard cuando llegamos a la puerta del Charlestown donde se encontraba el césped- ¿Dónde mierda estabas?- se acercó a largas zancadas.

Yo me quedé en la parada de autobús que había un antes del césped buscando con la mirada a Abby, estaba junto al sauce llorón, tumbada en el suelo y parecía que con los ojos cerrados.

- ¡Abby!

0 comentarios:

Publicar un comentario