jueves, 30 de diciembre de 2010

Capítulo sesenta y dos

23 de Diciembre de 2017

¡Joder hermana! Hoy hace un año que no sabemos nada de ti y te hemos buscado en Nueva York, Boston y todos los sitios donde has podido estar, pero ni Abby, ni Cesc ni yo te hemos encontrado, ¿Dónde cojones estás?


Enviar.
Con este ya iban cinco mails, y esos cinco sin respuesta alguna.

- ¿Qué haces, tesorote?- me sorprendió por detrás.

Me giré y con las pupilas dilatadas exclamé:
- ¡Nasho! ¡estúpido!

Cuando comenzó a besarme un sonido nos sorprendió provocando así que cayera de espaldas y con los pies hacia arriba llevándome conmigo la silla done estaba sentada y a Nasho estrellado en el suelo retorciéndose por haberse golpeado sus partes nobles.

- ¡MENSAJE!- grité desde el suelo de donde me levanté lo más rápido que pude.

- Kristine, ¿estás ahí?

- ¡Sí hermana! ¿por qué cojones apagas el móvil? Me cago en tu puta estampa, que no sé nada de ti y Cesc y..

- ¡Espera, espera! No soy Eli

QUÉ.

- Soy Fernando, no sé si te habló de mí.

- Claro que si, pedazo de cabrón hiciste que se fuera contigo y no conocie..

- ¿Cómo? Llevo más de siete meses sin saber nada de ella, pensaba que estaría contigo.

- ¿¡ QUÉ!? OH DIOS MÍO, otra vez no.

- ¿qué? Bueno, mañana voy a Barcelona, ¿podemos quedar para hablar?

- Si, hotel vela a las 20:30, puntual.

Fernando cerró sesión desde el mail de Eli, lo cual me extrañó. Poca gente, por no decir nadie sabía alguna de sus complejas contraseñas para todo.

- ¿Nasho?- pregunté en alto al mirar extrañada y no verlo en el suelo quejándose.
- Dime chica- respondió de repente asustándome un poco. Tras sus palabras se oyó la cisterna del baño. Cuando comenzó a acercarse de forma sigilosa Eric comenzó a llorar. Sonreí.
- ¡Joder hermano!- exclamó él dando media vuelta y con cara angustiada adentrándose lo que él llamaba la sala de Chucky- quién me manda a mi meter..- se fue susurrando.

Al día siguiente tras pasar una mala noche oyendo llorar y quejarse a Nasho y Eric, si, Nasho rompía a llorar sorprendiendo incluso a su propio hijo de pocos meses por el ‘estrés’ que le causaba.

Hacía un año que pisaba de nuevo aquel sitio. Me senté en la barra y aprovechando el reflejo de las distintas copas de cristal inutilizadas de aquella barra, ya que solo pedían grandes copas para el whiskey, me coloqué mechones que había olvidado peinar.

- Joder hermano, oye quítate que no me veo, ¿sabes?- exclamé exaltada.

- Vaya, vaya… Eli te describía literalmente, hermana- oí reír detrás de mí. Se estaban aficionando a asaltarme por las espaldas y no me gustaba un pelo. Me giré y vi que, en efecto, era el famoso ‘F’.

- Encantada- me levanté para saludarle.

- Igualmente, verás al grano, tras hablar contigo preocupado llamé a… un amigo y he podido averiguar que Eli no se encuentra en Asia, Europa ni en todos EE.UU y sinceramente si al conoces en África no está.

- ¿Dónde coño está Elizabeth, entonces?

0 comentarios:

Publicar un comentario