- ¿Jennet?- exclamó escéptica Eli mientras su hermana rodeada por miles de fotógrafos y periodistas se metía en un taxi.
- No sé a que juega Geri, pero no es nada bueno..- comentó Cesc.
- Y menos con Jennet-añadió Kristine.
- ¿Qué pasa aquí?- pregunté desconcertada. Todos parecían saber algo que yo desconocía.
Eli se deshizo de la goma que sujetaba su gran melena morena permitiendo que el viento que Barcelona sacase esa Eli que nunca antes yo había visto, una Eli que muchos de ellos preferirían no haber vuelto a verla.
- Bien, si quieren guerra, la tendrán- sentenció esta y se adelantó perdiéndose entre la multitud catalana.
- Bueno- comenzó a decir Kristine mientras veía como aquella Eli que Kristine conocía perfectamente se iba- ¿podríais juntaros mañana todos, incluídos Gerard y Eli, por la noche en el hotel? Es urgente- suplicó- Incluido Sergy- me miró.
Tras esto al igual que había hecho Eli se marchó.
- Cesc, ¿Qué ocurre aquí?- se acercó a mi y me acarició con ambar manos las mejillas cuidadosamente.
- Es todo muy complicado, demasiado. Es mejor que no lo sepas- me acarició con un dedo suavemente mientras me recogía un mechón de pelo.
- Pero… sé que algo pasó con Gerard y Eli en el pasado, algo amoroso, pero Eli nunca quiere decirlo, y por otro lado Kristine dice que son asuntos turbios… por favor Cesc, quiero ayudar.
Un silencio se apoderó del catalán.
- Lo siento… no puedo- dijo finalmente rompiéndolo.
Al cabo de un largo paseo por aquellas calles, caí en la cuenta de lo que Gerard me había dicho en la cafetería, pensé que quizás le me lo dijera. Miré el reloj, había pasado una hora y media desde lo acordado.
Asumiendo que no estaría, pensé en ir de todos modos.
- Tengo que irme, Cesc- comencé a desprenderme de su mano que estaba cogida de la mía.
- ¿Ya? ¿Dónde? No, espera… por favor.
- Tengo que irme- sentencié.
- Te llevo.
- No, ya… tengo que ir a ver a la madre de Sergy- improvisé.
- ¿Qué… vas a hacer?
- Yo..- bajé la mirada al suelo.
- ¿Vas a seguir con la boda?
- Yo… no tengo nada claro.
- ¿¡Qué!?- exclamó- ¿Te vas a casar con ese cobarde?- no sabía que decirle.
- ¡Ese cobarde me.. hemos estado muchos años juntos, me ha ayudado mucho cuando más lo necesitaba, fue el que más estuvo ahí cuando tú…
- ¿Yo qué?- me miró fijamente sin ninguna buena expresión en la cara.
No dije nada más, no quería seguir con aquella conversación, quería irme.
- Yo qué-me cogió por los codos agresivamente- repitió- ¡YO QUÉ ABBY!
- Tú me rompiste el corazón- susurré.
- Te he pedido disculpas un millón de veces, te mandé miles de cartas donde te explicaba todo, ¿¡qué más quieres?- gritó sin bajar el tono de voz.
- ¿Qué me explicabas todo?- gritñé desconcertada yr abiosa- lo único que decía tu carta era que lo sentías, y no quedó muy claro.
- Te mandé diez cartas, Abner. ¿A eso le dices que no queda muy claro? Y tuviste la decencia de esperar cuatro años a responderme, y si no llega a ser por Piqué ni llego a verla.
- ¿¡Qué!? No seas mentiroso- retiré la mirada para evitar que viese como una lágrima caía por mis mejillas, apartó sus manos de mi cuerpo totalmente.
- Abby, te mandé diez cartas, lo juro. ¿Qué coño dices? ¡Donde te ponía que lo sentía, que te había hecho mucho daño, que me contestases, que esa puta apuesta con Eli solo era un juego más entre ella y yo… ¡TE QUIERO ABNER! ¿no lo entiendes?
- ¿Qué? ¿Qué has dicho?
¿Eli?
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