Aquello probablemente iba a ser lo más difícil que hiciera en toda mi vida. Había tomado una decisión.
¿Cómo se le dice al que iba a ser tu futuro marido que ya no lo sería?
Entré a la habitación del hotel, desde luego de ver a Sergy tenía que ocuparme de Eli, aquello no se iba a quedar así. No se iba a ir de rositas.
Toda relación con ella terminó en el momento que apostó nuestra amistad y mis sentimientos a saber a cambio de qué estupidez.
- ¿Hola?- pregunté al no oír ningún ruido.
Pasé y observé que no había nadie, quizás había salido a comprar otro de sus trapitos o a joder vidas por ahí.
Busqué por ahí en el armario un vestido para la noche siguiente, no tenía mucho donde elegir, pensaba cogerle algo a Eli, total ni lo iba a notar. Decidí esperar a la noche siguiente para de un tiro matar dos pájaros y de paso aprovechar para aprovecharme lo que debería haber hecho hace mucho tiempo. Al abrirlo me percaté de que el 70% del armario, el cual correspondía a Eli estaba totalmente vacío, solo quedaban las perchas donde anteriormente colgaban caros vestidos de Channel y Versace. Seguido a esto, y extrañada fui al cuarto de baño para asegurarme si estaban sus cosméticos, cremas, perfumes y demás potingues. Nada. No había nada.
Así pues; decidí llamar a Cesc, quizás sabía algo.
- ¿Cesc?- pronuncié al oír como descargaba el teléfono.
- Abby, espera- era la voz de Eli. Os puedo jurar que nunca antes había sentido aquel odio hacia Eli. Una especie de escalofrío recorrió mi cuerpo al marcar el número de Cesc y oír la voz de ella.
- ¿Qué coño hac…
- Abner, Abner… cálmate. Solo ha venido a preguntarme por Jennet.
- Espera y… En quince minutos en el Palace. Te espero en la puerta. Te quiero- colgó.
- ¡CES..
Furiosa tiré el movil contra la cama, y tuve tan mala suerte que rebotó cayendo al móvil. No me lo pensé dos veces y cogí un taxi dirección Palace.
Entré al no ver a Cesc en la entrada. Me daba mucha vergüenza entrar con aquellas pintas que me cambié antes de salir. Pude ver como el recepcionista al ver que me acercaba al mostrador gesticulaba caras muy poco simpáticas o agradables.
- ¿La habitación de Francesc Fàbregas?- pregunté amablemente.
Tras hacerme un profundo análisis con la mirada examinando mis vaqueros que tenía desde hacía dos años de los cuales estaba muy orgullosa ya que significaba que había perdido peso y a una camiseta de MCR que encontré por ahí tirada, no sé ni por qué la eché.
- Perdone, pero no se puede dar esa información a..- gesticuló desagrado- fans- sonrió intentando ser amable.
- Eh que y…
- Viene conmigo- interrumpió Cesc llevándome con él cogida por la cintura hasta el ascensor por el cual debía de haber bajado.
- ¿Creían que eras una fan?- se burló mientras me cogía frente a frente con sus dos manos sujetando aún mi cintura soltando una carcajada.
- ¡Estúpido! ¿Qué hacía Eli contigo? ¿Dónde está?- exigí enfadada.
- En su habitación.
- Acabo de venir de allí y no est..
- Se aloja aquí.
- ¿¡QUÉ!?
Puta.
- Calma, mira Abby,
- ¡Y UNA MIERD...
- Ab
- ¡ES UNA..
- ¡Abner, espera! Esa no es, mira antes de que tú conocieras a Eli, o de que te juntases con ellas, no sé si oíste algo de cómo era, pero desde luego tuviste suerte de no conocerla así. No imaginas lo que llegó a hacer, ha conseguido putear a la gente más rígida que conozco, entre ellos Piqué, así que te pido que te calmes.
- ¿¡La estás defendiendo!?
- No, te estoy diciendo lo que sé. Conozco a Eli como a la palma de mi mano.
Al llegar a la planta décima vi como Gerard salía enfurecido dirección hacia el ascensor donde nos encontrábamos.
- ¿¡Donde está Eli!?- le preguntó el rubio a Cesc mientras que a mí se limitó a mirarme de una ligera pasada sin expresión alguna.
- No ho sé, per qué?- mintió él.
- PER QUÉ?!- gruñó y bufó seguidamente entrando al ascensor y eligiendo una planta.
- ¡Espera, espera mañana a las once cenamos en el Vela, idea de Kristine- avisó el futbolista moreno.
- D’acord.
Las puertas tras esto se cerraron llevando consigo la fiera del rubio en él.
- ¿Por qué le has mentido?- Nunca me llegó a contestar.
Tras una larga e intensa noche con él a la mañana siguiente el tono de llamada de mi móvil me despertó cuando tan gustosamente estaba dormida.
- ¿Qué quieres mamá?- pregunté inconscientemente cuando aún ni había abierto los ojos al descolgar el teléfono.
- ¿Abby? Por favor no cuelgues soy Sergy- Esto hizo que abriera los ojos rápidamente y me sentara en la cama en un instante,
- Ehm…
¿Y ahora que?
- Esta noche a las once en el W- le informé.
- Abb…- colgué.
Si, soy y siempre seré una cobarde.
- Mmm.. ¿Quién era?- preguntó Cesc aún dormido y remoloneando por la cama mientras me besaba por el homrbo.
- … mi madre- mentí.
Cuando estaba lavándome la cara vi- reflejado en el espejo- como Cesc con el torso al descubierto mostrando sus mejorados abdominales se acercaba a mi y me acunaba con sus fuertes brazos.
- Le diré a Eli lo de esta noche.
Zorra.
- ¿Sabe que va Gerard?
- ¿Crees que diciéndole eso aceptará?- ironizó.
- Bueno, al fin y al cabo no pueden estar el uno sin el otro.
- Pelearon ayer, por lo visto el titular fue: “Piqué y un calentón de metro sesenta moreno en las 239”


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