c- ¡Eh, mirad al Fàbregas y a Abby!- gritó uno de los amigos que iban con Sergy, Gerard y compañía.
- ¡Booooooooooooooooooooooooooooooh!- comenzó a armarse un barullo de gente, formando así un gran corrillo a unos cinco metros de nosotros observando cada movimiento y corriendo la voz.
- ¿Qu-que haces?- parpadeé varias veces para comprobar que no estaba soñando despierta otra vez. No, no lo estaba. A pesar que era lo que había soñlado muchas veces, no me gustó nada aquello, no me gustaba llamar la atención, y menos en el insituto.
- Esta tarde a las tres en Terton- susurró.
Me quedé allí parada aún impactada por lo que acababa de suceder podía oir como los amigos de Cesc gritaban ' JOOOODER tío, eso se avisa'- comentaba George, otro amigo; ' Tío, ahí te he visto'- decía Gerard. Y estaba allí como un pasmarote mirando al horizonte como si aún estubiera allí Cesc hablandome.
- JOOOOOOODER HERMANA, ¿ QUE HA PASADO, JODER?- vino gritando Kristine con el peta en la mano.
- Vaya, vaya- se limitó a decir Beth de brazos cruzados y un tono bastante pasota.
- No entiendo- susurré.
- Joder hermana, esto se merece un jodido peta, joder- sacó sus artilugios del bolsillo mágico- ¿quieres? sé que si, veeenga- insisitió-
- No, no- sonreí.
- Yo si- dijo quitándoselo de la mano. Me quedé observándola de manera sorprendida, ¿que le estaba pasando?
No dije nada, ya sabía que iba a contestarme de malas formas o ni siquiera iba a responderme. Llegué a casa, mamá me había dejado una nota donde ponia: ' Cariño, he tenido que irme. La comida está en la encimera, caliéntalo. XXX mamá.' Siempre igual, casi nunca estaba en casa, era abogada, y sus clientes corruptos, psicópatas o en raramente inocentes la necesitaban.
Fuí al baño a lavarme las manos y la cara antes de prepararme unos macarrones con atún que me había preparado antes de irse. Me quedé mirándome en el espejo, mirándome como si fuera la primera vez que lo hiciera, como si fuera una extraña. Observé mi lacio pelo negro que llegaba un poco por debajo del hombro; mis ojos marrones que en ocasiones odiaba a causa de que veia como Kristine tenía unos ojos verdes preciosos y casi nunca se podía observar con claridad debido al enrojecimiento de éstos por causa de sus pequeños 'hobbies', y mi cara en si. Comencé a estirarme de los mofletes como cuando lo hacía mi abuela cada vez que íbamos a Canadá a visitarla. Parecía idiota, pero también me di cuenta de como todas, o parte de las chicas de mi instituto se llenaban la cara de maquillaje, y yo no llevaba ni una gota, quizás era hora de probar.
Bajé abajo y me preparé unos siete minutos los macarrones en el microondas, saqué un tenedor, la coca-cola del frigorífico, un vaso de encima del fregadero, y pasados los siete minutos, comí. Encendí la tele, siempre la misma mierda del corazón. Esperaba con ansiedad las tres de la tarde. ¿Por qué ahora? ¿Cesc? No entendía nada, quizás quería decirme que todo era una broma y reirse con sus amigos, en ese caso.. ¿debería ir? Pero y si no.. Comencé a estirarme del pelo como una desquiciada.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Lumisho
Gebele. Con la tecnología de Blogger.
About Me
Seguidores
Blog Archive
-
▼
2010
(62)
- ► septiembre (7)


1 comentarios:
TE AMOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO <3
¡YA ESTAS ESCRIBIENDO EL SIGUIENTE!
(Pute me ha entrado hambre al leer lo de los macarrones ¬¬)
Publicar un comentario