Mi vida era como el tacto de un dedo contento, a saltos pero nunca dejaba de ser imprevisible, a veces con una caida bastaba.
Toqué el telefonillo por quinta vez.
- ¿Bajas o te hago un anuncio?- grité haciendo que varias personas que pasaban por allí se quedasen mirando.
- Si, si, ya voy, joder, ¡espera!
- ¿¡ ESPERA!?- otra vez medio barrio dirigió sus miradas legañosas hacia mi.
- Oh, fucking, fucking, se os oye desde mi casa, y eso que está a dos manzanas de aquí- comentó Kristine que apareció sin que me diese cuenta- Abby, ¿otra vez llegamos tarde, no? Tarda más que la duquesa de Alba en hablar, joder.
- Eh, qué dices tú- contestó Beth a su comentario en contra de ella haciendo aparición- ya estoy aquí, no es para tanto, loves.
- Jooooder hermano- pude oir como susurraba entre sí Kristine.
Caminamos dirección Ies, no estaba muy lejos de donde estabamos, ni tampoco de nuestras casas, vivíamos en calles contiguas, ¿la más alejada? Kristine, que vivía unas dos manzanas más allá de mi, pero todas vivíamos en Medfrom Street, Boston, Massachusetts, USA. Solo teníamos que seguir unos 400 ó 500 metros alantes y girar a la izquierda y llegaríamos al instituto Charlestown.
- Bueno, ¿qué tal el finde semana con Kase?- concluyó Beth
- Pueeeees, ya sabes lo de siempre- esbozó una pícara sonrisa.
- Imagino- río.
Cuando ya nos quedaban unos escaso metros para llegar al instituto, unos metros mas atrás se oían quejas de gente, cuando me giré para ver que sucedía casi me veo en plan plancha en la carretera, el estúpido de Sergy casi me tira al hacer la gracieta de correr delante de Gerard y Cesc que por alguna de sus jugarretas querían hacer que comiera suelo, una vez más.
- Hey, perdona, ¿estás bien?- Preguntó el rubio de ojos azules con ese acento español y un toque de catalán Gerard Piqué tendiendo la mano para ayudarme a levantar.
- Si, ay, creo que tu amigo debería avisar para hacerse paso.
- Cierto pero... es... es Sergy- me limité a sonreir y el se fue corriendo tras sus amigos.
- ¿Si, ay? Por dios Abby- rió burlandose Beth-¿ el rubio de oro te ha conquistado? No te fies- comentó tajante. Kristine no dijo nada, en ese tema o lo relacionado con Gerard nunca se metía.
- No, no, solo era amable.
- Já.
- Beth, para, ¡jooooooder hermanas llegamos tarde!- todas reimos y entramos una vez más corriendo a clase, tocaba las mas jugosas de las asignaturas; biología.
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