viernes, 30 de julio de 2010

Capítulo diez

- Espera- sujeté su brazo haciéndole parar- ¿por qué van Gerard y Beth juntos? ¿ y discuentiendo?

- Bff- comenzó a echar a reir- vamos Abby, como si no lo supieras- volvió a reir.

¿Qué? ¿De qué estaba hablando? No entendía nada, por qué iban Gerard y Beth juntos andando y aparentemente discutiendo, por qué Cesc hablaba de esa forma refiriendose al asunto, ¿que pasaba entre Beth y Gerard?

- ¿Qué?- exclamé sorprendida- ¿como si no supiera el qué?

- Nada, nada- rió- venga tonta, vamos- alargó su extenso y rudo brazo y me empujó de los hombros hacia alante.

¿Qué coño estaba pasando? Todo era muy raro desde hacía una semana. No le volví a preguntar nada más acerca del asunto ya que sabia que no me iba a decir más, solo se haría el tonto, además no teníamos confianza como.. ¿novios?¿rollo?¿amigos? eso era otra de las incógnitas que rodaban por mi cabeza, ¿qué eramos?¿ eramos algo?¿por qué había hecho eso aquel dia?

Me dejó en casa, se despidió de mí secamente- esperaba sinceramente otro mortal beso de los suyos- con un simple y seco 'Adiós' con la mano.

- Cesc- le llamé desde la puerta de mi casa. Se giró- Adiós- sonreí mientras le despedía con la mano.

Se volvió a girar para irse.

- Adiós- repitió siguiendo su camino y solo levantando la mano mientras marchaba.

Al día siguiente a las 7:41 am como 'algunas' mañanas pitó Kristine a mi puerta para bajar e ir al instituto juntas; aunque lo normal era que yo, a las ocho menos cinco o así y con la tostada aún en la boca fuera corriendo a casa de Beth que estaba correlativa a la mía para pitarle y como no, llegar tarde.

- Joder hermana, no cojas las jodidas costumbres del pulpo Beth, como si no bastase con sus treinta minutos de retraso como para almacenar una hora con los tuyos, jooooooder- exclamó. Reí, siempre Kristine me hacía reir con sus 'joder hermano' y ese tono tan peculiar o sus motes hacia Beth.

- Oye, Kristine.

- ¿Si?

- Sé que sabes lo que pasa con Piqué y Beth, dimelo- exigí.

- Joooooooooder hermana, que puta manía os ha entrado ahora, que yo paso de esas jodidas rayadas, como si Beth no me hiciera pensar- entrecomilló con los dedos ésta última palabra- lo suficiente al contarmelas, como para yo contar el sermón.

- Pero no entiendo por qué nunca hablas de nada lo relacionado con Piqué- gruñí.

- No entiendo por qué nunca le preguntas a Elizabeth, si tanto te inquiera, hermana.

Justo vimos salir a Beth de su puerta y echó a correr hacia alante, le grité varias veces pero no paraba. Cojí a Kristine del brazo y eché a correr tras suyo, estaba segura de que donde iba tenía algo que ver con Gerard Piqué.

miércoles, 28 de julio de 2010

Capítulo nueve

14:51
27 de Octubre, 2011.

Sólo quedaban nueve minutos para las tres de la tarde, que era donde había quedado con Cesc en Treston.

Me enfundé unos vaqueros claros, una camisera negra sencilla de tirantes finos y unas manoletinas negras con un lazo en la punta.

Llegué allí a las 15:01. No ví a nadie y por un instante pensé que Cesc se había ido por llegar tarde pero... solo fue un minuto. Pacientemente esperé y esperé, si era bastante paciente. Y pasé apoyada en la fachada de un edificio cuarenta y cinco minutos esperando, eso si pacientemente. Miré mi reloj; marcaba las cuatro menos cuarto. Me sentí tan sumamente patética que estaba segura de que Gerard y Sergy estaban por allí escondidos riéndose de mi al esperar a mi 'amorcito'; así que decidí irme por donde había venido.


Quedaban dos manzanas para llegar a mi calle, y por lo tanto a mi casa cuando de repente como alguien corría tras de mi.

- ¡Abby!- me giré y pude ver como Cesc corría a grandes zancadas tras de mi a unos cien metros- ¡espera!

Me quedé allí esperando a que llegara. Una sonrisa apareció en mi cara, tras tanta espera me vi satisfecha y todas mis paranoias acerca Gerard y Sergy se habían ido.. o eso creía.

- Lo siento, es que...- comenzó a decir.

- No importa- le corté- lo importante es que has llegado.. tarde o temprano, aun que más bien tarde- reí estúpidamente mi propia broma, Cesc ni se inmutó- que borde- pensé.

- Esto...- se acercó en un impulso a mi y volvió a besarme como había hecho esa misma mañana.

Andubimos hasta una plaza cercana donde había una fuente en medio de ésta y varios a su alrededor formando un círulo. Nos sentamos en unos de ellos y durante el camino y bastante rato sentado allí nadie hablaba ni hacía ningún gesto, solo había miradas tímidas.

- Abby- rompió el silencio que reinaba en plaza, no había nadie más allí, solo se podía oir la caida del agua al suelo.

-¿Cesc..?- Se giró hacia mí y me volvió a besar, le aparté la cara tímidamente, necesitaba saber que estaba pasando, y sabía que no era un sueño- Qué.. ¿qué estás haciendo?

-¿Besarte?

- No me había dado cuenta- le miré con recelo.

- No creo que haga falta que te explique nada, ¿no?

- No lo sé, tampoco hace falta que te explique por qué me voy a ir ahora mismo- me levanté para cumplir mi propósito.

- Joder- susurró tan flojo que casi no pude oirlo- No Abby, espera- me sujetó del brazo impidiéndome ir- No soy muy dado para esto.

- Pero... ¿por que ahora?

- Cosas que pasan- contestó él sin pensar.

Le besé.

- Cosas que pasan- le imité.

20:33
27 de Octubre de 2011.

Me estaba acompañando a casa hasta casa después de una tarde de besos, totalmente literal, cuando de repente pude ver como en la acera de enfrente iban andando y aparentemente discutiendo Gerard y Beth.

- Pero qué..

sábado, 24 de julio de 2010

Capítulo ocho

c- ¡Eh, mirad al Fàbregas y a Abby!- gritó uno de los amigos que iban con Sergy, Gerard y compañía.
- ¡Booooooooooooooooooooooooooooooh!- comenzó a armarse un barullo de gente, formando así un gran corrillo a unos cinco metros de nosotros observando cada movimiento y corriendo la voz.
- ¿Qu-que haces?- parpadeé varias veces para comprobar que no estaba soñando despierta otra vez. No, no lo estaba. A pesar que era lo que había soñlado muchas veces, no me gustó nada aquello, no me gustaba llamar la atención, y menos en el insituto.
- Esta tarde a las tres en Terton- susurró.

Me quedé allí parada aún impactada por lo que acababa de suceder podía oir como los amigos de Cesc gritaban ' JOOOODER tío, eso se avisa'- comentaba George, otro amigo; ' Tío, ahí te he visto'- decía Gerard. Y estaba allí como un pasmarote mirando al horizonte como si aún estubiera allí Cesc hablandome.

- JOOOOOOODER HERMANA, ¿ QUE HA PASADO, JODER?- vino gritando Kristine con el peta en la mano.
- Vaya, vaya- se limitó a decir Beth de brazos cruzados y un tono bastante pasota.
- No entiendo- susurré.
- Joder hermana, esto se merece un jodido peta, joder- sacó sus artilugios del bolsillo mágico- ¿quieres? sé que si, veeenga- insisitió-
- No, no- sonreí.
- Yo si- dijo quitándoselo de la mano. Me quedé observándola de manera sorprendida, ¿que le estaba pasando?

No dije nada, ya sabía que iba a contestarme de malas formas o ni siquiera iba a responderme. Llegué a casa, mamá me había dejado una nota donde ponia: ' Cariño, he tenido que irme. La comida está en la encimera, caliéntalo. XXX mamá.' Siempre igual, casi nunca estaba en casa, era abogada, y sus clientes corruptos, psicópatas o en raramente inocentes la necesitaban.

Fuí al baño a lavarme las manos y la cara antes de prepararme unos macarrones con atún que me había preparado antes de irse. Me quedé mirándome en el espejo, mirándome como si fuera la primera vez que lo hiciera, como si fuera una extraña. Observé mi lacio pelo negro que llegaba un poco por debajo del hombro; mis ojos marrones que en ocasiones odiaba a causa de que veia como Kristine tenía unos ojos verdes preciosos y casi nunca se podía observar con claridad debido al enrojecimiento de éstos por causa de sus pequeños 'hobbies', y mi cara en si. Comencé a estirarme de los mofletes como cuando lo hacía mi abuela cada vez que íbamos a Canadá a visitarla. Parecía idiota, pero también me di cuenta de como todas, o parte de las chicas de mi instituto se llenaban la cara de maquillaje, y yo no llevaba ni una gota, quizás era hora de probar.

Bajé abajo y me preparé unos siete minutos los macarrones en el microondas, saqué un tenedor, la coca-cola del frigorífico, un vaso de encima del fregadero, y pasados los siete minutos, comí. Encendí la tele, siempre la misma mierda del corazón. Esperaba con ansiedad las tres de la tarde. ¿Por qué ahora? ¿Cesc? No entendía nada, quizás quería decirme que todo era una broma y reirse con sus amigos, en ese caso.. ¿debería ir? Pero y si no.. Comencé a estirarme del pelo como una desquiciada.

viernes, 23 de julio de 2010

Capítulo siete

- ¿Abby?- preguntó Cesc.
- Si- contesté con una voz relajada y casi inaudible.
- ¿Qué haces?
- ¿Qué?

Y entnoces vi como todo mi mundo caía a una velocidad bestial, se rompió en mil pedazos, porque al fin y al cabo solo era... un sueño. Pero parecía tan real, tan intenso, tan apasionado, todo el mundo ha tenido esa sensación que está soñando cosas que realmente quiere que sucedan o que hubieran sucedido, pero abres los ojos y de repente ves, que todo sigue igual de injusto y desgraciado que cuando cerraste los ojos, a mi me pasaba eso, pero mucho peor, despierta.

-Nada, me tengo que ir- salí corriendo de allí, como acababa de soñar, pero ni Cesc salió detrás de mí, ni tampoco me besó. ¿Quién dijo que la vida era justa? Un gilipollas desde luego.

Fuí buscando a Beth por todo el Charlestown, no la encontré, entonces recordé que Kristine que antes me había comentado que estaba detrás del gimnasio fumando, ¿fumando?- pensé. No podía ser, Elizabeth Nell no era de esas, no, claro que no, ni siquiera bebía, y muy a regañadientes champagne en las celebraciones como bodas o año nuevo.

Y allí la encontré junto con Kristine y su querido Cannabis.

- ¿Qué coño haces, Beth?
- Joder hermana, ¿no lo ves?- interrumpió Kristine.
- Ea-contestó con total indiferencia.
- ¿Que te pasa, tía?- pregunté intrigada y sobrecojida por la situación.
- No preguntes- intervinió Kristine, pero esta vez con una voz totalmente diferente a la usual, y un tono serio e imponente, tanto que hizo que dejara de hacer preguntas- hermana- añadió guiñándome un ojo.

Me dí la vuelta y las dejé allí a su rollo, comencé a negar con la cabeza, pero, ¿qué había pasado en tres días? últimamente estaban pasando cosas poco usuales y extrañas. Lo que más picó mi curiosidad es que demonios quería decirme Gerard. Pasé las siguientes cuatro horas de clase pensando en ello, no podía más me iba a volver loca, asíque decidí ir a buscarlo y preguntarle.

- Oye, Gerard-comencé a salir corriendo detrás de él. Él giró la cabeza ante ello- espera.
- Qué pasa- contestó con un tono un tanto arisco.

Alguien me cojió del brazo arrastrándome literalmente hasta detrás del gran sauce llorón del Charlestown.

- Tenemos que hablar.
- No.
- ¿Por qué?
- Porque no.
- Joder, ¿me quieres dejar hablar?
- ¿me quieres dejar irme?- pregunté irritada.
- Calla- dijo besándome.

jueves, 22 de julio de 2010

Capítulo seis

- Mary, tranquila- intentó tranquilizarla extendiendo las palmas hacia alante de forma defensiva hacia mí.
- ¿¡TRANQUILA!?- resultó inútil, chilló como una loca.
- Por favor, Mary, no la líes, por favor- le pidió en voz baja y posando un dedo sobre su boca en forma de silencio.
- O sea, te estás tirando a una en el cuarto de mantenimiento y ¿¡quieres que me calme!?- comenzó a cojer un color rojizo en sus mejillas, y no de vergüenza precisamente- HIJO DE PUTA.
- Mary, por favor, no seas cría, no te estoy poniendo los cuernos. Ven- la cojió del brazo llevándosela fuera de allí para que no armara más escándalo.
- Ge.. gerard- susurré mientras observaba como se marchaba.

Salí de aquel cuarto, y mientras caminaba hacia el aula de matemáticas me paré a pensar la de veces que los alumnos del Charlestown que se lo habrían montado en aquel cuarto, me dió un poco de grima.
- Chs- golpeó mi hombro- ¿tienéh un messsssssssshero?
- No- contesté algo decepcionada al ver su cara.
- Miraa queee si te lo busco y lo encuentrooooooo... ¡me lo quedo!- respondió Kristine algo colocada, llevaba los ojos rojísimos y las pupílas totalmente dilatadas.
- Kristine, por favor, que tenemos clase..
- pssss-vaciló- jooooooder hermana,¡¿ nadie lleeeeeva un jodido messsssshero?! joooder.
- Oye, ¿Has visto a Beth?
- Jooooder, esto está empezando a parecer un jodido culebrón mexicano, ¡joder! y ssssssssi-rió sin motivo- está detrás del gimnasio.
- ¿Qué hace allí?
- Joder hermana, ¿quién crees que me ha pagado esta jodida mierda, joder?- y sin más palabras comenzó a subir las escaleras del tercer piso de una forma muy extraña.

Entré en clase, estaba vacía.

- Abby- reconocí y la voz y a toda prisa salí corriendo de allí.
- ¡Espera, por favor!- pude oir como gritaba mientras corría tras de mi con largas zancadas, era obvio que me iba a alcanzar, no es que fuera yo aquí la ganadora de atletismo.
- Qué quieres- repondí tajante dándome la vuelta.

Me cojió de la cintura acercándome bruscamente hacia su torso, me miró fijamente a los ojos, después a la boca y con la más suma delicadeza del mundo posó sus labios en los míos. Podía oir como su respiración era constante y relajada, al contrario que la mía, estaba alterada y acelerada. Me cojió de la nuca, al principio intenté separarme, esto no podía estar pasando, pero al final cedí. Su beso fue tímido, pero apasionado, más que el que nadie podría haber esperado en aquel momento jamás.

miércoles, 21 de julio de 2010

Capítulo cinco

- Hey, Abby- dijo cojiendome del hombro evitando así mi propósito de cotillear- quiero pedirte algo.
- Dime, Gerard- sonreí.

Me resultó muy, pero que muy extraño que él y precisamente después de los de días atrás me hablara de aquellas buenas maneras. No había hablado este nuevo curso muchas veces con él, tampoco es que en los pasados lo hiciera, pero recuerdo la primera vez que lo conocí.

Yo entraba a segundo de secundaria, él entró nuevo al instituto, pero causó sensación en todo el sector femenino, esos ojos azules y ese rubio pelo corto con tupé no pasaron desapercibidos, tampoco que fuera catalán, español, eso le dió más morbo al asunto. Creo que los primeros seis meses tenía una novia cada semana, pero luego dejó de tener tanto éxito, creo recordar que hubo una fuerte pelea entre él y Sergy, el famosísimo y; al menos él se consideraba el único ligón que podia haber en el Charlestown. Eran como zipy y zape, el rubio y el moreno. Sergy tenía su punto, ¡para mi un puntazo! el moreno de ojos negros hacía que perdiese la cabeza, y por extraño que suene, nunca, al menos no demasiado, me llamo la atención Gerard Piqué; me caía bien, aun que hubo una etapa que Sergy, Cesc y él se metían conmigo, los odié, menos a Sergy que nunca pude, ni podré. Cesc en esa etapa tenía novia, asi que lo dejé como imposible.

Me llevó a la sala de mantenimiento, yo, como cualquier chica soñadora, y a pesar de que no sentía nada por él, imaginaos que pude llegar a pensar.
- Gerard.. qué...-pregunté intrigada. Cojió mi mano, y la situó en su escultural pecho y mirándome fijamente..- Abby, por favor, tengo que pedirte que...- pasaron unos largo segundos que para mí es como si de una hora se hubiese pasado, mientras podía notar como su corazón latía fuerte y rápidamente más de lo normal, después insipiró profundamente- la próxima vez que..
Un portazo interrumpió a Gerard cuando estaba a punto de completar la tan inquieta frase.

- ¡GERARD PIQUÉ! ¿SE PUEDE SABER QUE COJONES ESTÁS HACIENDO AQUÍ?

martes, 20 de julio de 2010

Capitulo cuatro

Pasé tres días sin ir al instituto, no era por lo de Fàbregas también porque me sentía mal físicamente. Al cuarto día, muy a mi pesar tuve que ir al instituto, pero comenzó siendo un día extraño; Beth cuando iba a tocar a su casa, salió repentinamente del portal.
- Hola, ¿estás mejor?- preguntó con desgana.
- Si, ¿estás tú bien? Porque debe de ser un milagro que nisiquiera te he pitado y estás abajo-exageré.
- Ja Ja
- Jooooooooooooooder hermanas, ya estoy aquí-paró en seco y con mucho teatro comenzó a gritar; ¡JODER HERMANA, QUE JODIDA COSA TE HA PASADO QUE YA ESTÁS ABAJO, JODER!- después como si no hubiese montado tal pollo en la calle y medio barrio nos mirase como todas las mañanas, sacó un cigarro, un papel y marihuana y cuando solo llevabamos tres pasos ya había terminado de liarselo y de fumarselo.
- Joder hermana, tú si que eres rápida- comenté riendo.

Cuando ya ibamos a entrar por la gran puerta del Charlestown, una voz conocida llamó nuestra atención.
- Eh, ven- me giré y pude comprobar que era Gerard. Me dí por aludida al principio, pero después ví como Beth se acercó a él, ésto último me extrañó mucho, y mas después de lo que sucedíó unos días atrás- ¿Sabes que quiere?- pregunté a Kristine.
- Pss- como ya dije, en esos temas nunca hablaba

Las horas de clase transcurrieron tranquilas, ese día Cesc no había ido a clase, y yo estaba preocupada por Beth, llevaba tres horas de clase sin aparecer, al menos ella, Gerard era un año mayor, tenía dieciocho y por lo tanto iba a un curso superior en la planta de arriba, por ello, no sabía nada acerca de ellos dos. Le volví a preguntar a Kristine sobre Gerad y Beth, pero como siempre, me contestó una esquiva como 'pss' ó 'yo-que-sé'.

A la hora del recreo volví a salir sola a comprarme un batido de vainilla, esperaba no volver a ver otro espectáculo, compré el batido en la confiteria de la esquina donde siempre iba, y justo cuando estaba entrando de nuevo por la puerta del instituto, hoy unas voces familiares lejanas.

- Sabes que aún lo lamento..- susurró esa voz con un toque apenado, e incluso juraría que sollozando. No pude evitar como la curiosidad me llamaba de donde esa voz procedía y me giré para acercarme a donde procedía.

lunes, 19 de julio de 2010

Capitulo tres

Sabía que Gerard no era un santo, pero juntandose con Cesc y Sergy no podía esperar gran cosa, pero aquello me pareció una salvajada al menos esa fue la impresión que me dió. La escena fue la siguiente oí un sollozo y ella estaba allí en el césped tras el gran sauce del Charlestown, tirada con las rodillas flexionadas, dirigí mi mirada después a los gritos que causaban esa reacción en Beth, Gerard.
- ¿¡Pero que coño haces, eh!? No, dimelo, dimeloo, ¡JODER! ¿Sabes? estoy hasta los cojones de esta mierda, pero, ¿sabes de que más? de tí- gritaba histérico y con tendencia a acercarse a ella de forma agresiva y golpearla, pero se retractó ya que se percató de que yo estaba mirándoles. Le dijo algo más pero no pude descifrar que le decía, nunca había visto desde los tres años que llevaba en el instituto que Gerard y Beth tenían una bronca, ni siquiera que se conocieran, nunca me había hablado de ello.
- No por favor, Gerard.
- Puff- bufó mientras entraba por una puerta lateral a la cafetería con la mirada perdida, tocandose la nuca y susurrando algo que no pude entender, dejándola allí tirada en la misma posición.

Después de que se fuera me acerqué a ella, allí seguía en la misma posición y con la cabeza agachada sollozando.
- Beth, ¿qué te pasa?- pregunté cautelosa.
- Nada- se levantó y se fue sin apenas mirarme.

La verdad, me asusté mucho cuando vi aquello, y mas en Beth, que nunca tenía ese tipo de problemas, al menos que yo supiera, la ropa creo que era su único problema. Una vez se fue me senté donde ella lo estaba, saqué mi viejo mp3 y me puse a oir la vieja cancion de 'Welcome to my life' pasé mas de media canción oyéndola y mirando su duración segundo a segundo, y justo en el minuto 2:31 apareció Cesc. Me esperé otra burla acerca de mi caida, era lo obvio, pude ver como por detrás a unos cinco metros se encontraban Sergy y Gerard, éste último con mejor humor parecía, apoyados en un árbol bebiendo una coca-cola.
- Oye, ¿Abby?- otra vez más esa estúpida cara y la misma pregunta de siempre cada vez que se acercaba a mi.
- Seh- contesté de mala gana, sabía lo que iba a decir, asique decidí adelantarme- si vienes a reirte, será mejor que te vayas, por favor- dije con una voz nada imponente.
- Ehm- se giró en dirección donde estaban sus amigos, se vió clara que su intención era la supuesta, pero inesperadamente se volvió a girar hacia mi- que noooooooo, tonta- se agachó donde yo estaba y se puso a un palmo de mi cara- ¿Tienes los apuntes de biolo?

Me hubiera gustado verme la cara en aquel en instante, debió de ser un mapa. Le mandé a la mierda, me levanté y me volví a meter en el instituto derecha a mi taquilla a cojer unos libros y decidida a irme a casa, estaba enferma.
- Joder hermana, que portazos, ¿no?- apareció Kristine- ¿que te ha hecho ahora el jodido Cesc, hermana?
- ¿Cómo sabes que me ha hecho algo el Cesc?- pregunté intrigada.
- Pues porque me.. me he dado cuenta, ¡JODER HERMANA!- contestó algo nerviosa- me voy, que viene Kase.

- ¡Oh, como no, las tres marías!- exageró el Sr. Risk al vernos entrar en sigilo a clase.
- Sr. Risk, lo sentimos, es que Abby ha tenido contratiempos- excusó Beth.
- ¡Pero serás!- exclamé en voz baja pellizcándole a la vez el codo.
- Oh, tranquila, eso debería decirlo tu amiga, sentaos- una vez más se hizo notar el favoritismo del Sr. Risk por Beth y su manía hacia mí.

Como ya he dicho la clase más interesante era biología, pero no lo era sin Cesc, al menos para mí, me podía pasar horas y horas mirándole, de hecho creo que siempre sacaba dieces en anatomia porque me basaba en la suya.

-Bien, hoy vamos al laboratorio, ya que estamos todos.

Todos nos levantamos cogiendo de nuevo nuestras carteras o bolsos y arrastrando los pies subimos las escaleras que conducían al piso de arriba donde estaba el laboratorio, pero durante ello Cesc se me acercó, cuando me quedé atrás bebiendo agua en la fuente.
- Oye.. ¿Abby, no?- preguntó con cara de "espero no cagarla".
- Si, así es como me suelen llamar- reí estúpidamente.
- Que nada, quee... menuda te has dado esta mañana, ¿no?- rió observando como mi cara pasaba de una sonrisa estúpida a unos mofletes rojos y una boca con la única expresión de quien se echa a llorar.
- Si- respondí secamente mientras me miraba las manoletinas blancas que llevaba; después sin decir más palabras se fue camino al laboratorio, cinco minutos después de darme cuenta de que por la única razón que se había acercado el engreído Cesc Fàbregas era para reirse un poco de mí. Mi caso era el siguiente, tenía un monólogo mental, y es que desde siempre me había gustado mucho siempre Sergy, de hecho nuestros padres se conocían desde antes de nosotros nacer, pero hasta que entramos en el instituto y conocí a Cesc, todo parecía que estaba irremediablemente enamorada de Sergy, pero Cesc tres años atrás no sé de que forma hizo que dudara aquello, ¿en resumen? podría decirse que estaba enamorada de Sergy Avenoza y Cesc Fàbregas; la gente dice que no se puede enamorar de dos personas, pero en mi caso muchas veces dudo eso.

- Joder hermana, ¿dónde te has metido? que el calvito ya estaba empezando a tirarse de los pelos de la impaciencia- dijo Kristine refiriendose al Sr. Risk el cual estaba calvo.
- Nada, peinandome.
- Pues creo que el peine que usas te es de poca ayuda- interrumpió Beth. No repondí nada al respecto y fue la primera clase desde que conocía a Cesc que no le miré en toda la hora.

A la hora del recreo salí a la calle para ir a comprar a la panadería de la esquina un batido de vainilla y un donuts, pero si pudiese habido evitarlo no hubiese salido.

domingo, 18 de julio de 2010

Capitulo uno

Mi vida era como el tacto de un dedo contento, a saltos pero nunca dejaba de ser imprevisible, a veces con una caida bastaba.
Toqué el telefonillo por quinta vez.
- ¿Bajas o te hago un anuncio?- grité haciendo que varias personas que pasaban por allí se quedasen mirando.
- Si, si, ya voy, joder, ¡espera!
- ¿¡ ESPERA!?- otra vez medio barrio dirigió sus miradas legañosas hacia mi.
- Oh, fucking, fucking, se os oye desde mi casa, y eso que está a dos manzanas de aquí- comentó Kristine que apareció sin que me diese cuenta- Abby, ¿otra vez llegamos tarde, no? Tarda más que la duquesa de Alba en hablar, joder.
- Eh, qué dices tú- contestó Beth a su comentario en contra de ella haciendo aparición- ya estoy aquí, no es para tanto, loves.
- Jooooder hermano- pude oir como susurraba entre sí Kristine.
Caminamos dirección Ies, no estaba muy lejos de donde estabamos, ni tampoco de nuestras casas, vivíamos en calles contiguas, ¿la más alejada? Kristine, que vivía unas dos manzanas más allá de mi, pero todas vivíamos en Medfrom Street, Boston, Massachusetts, USA. Solo teníamos que seguir unos 400 ó 500 metros alantes y girar a la izquierda y llegaríamos al instituto Charlestown.
- Bueno, ¿qué tal el finde semana con Kase?- concluyó Beth
- Pueeeees, ya sabes lo de siempre- esbozó una pícara sonrisa.
- Imagino- río.
Cuando ya nos quedaban unos escaso metros para llegar al instituto, unos metros mas atrás se oían quejas de gente, cuando me giré para ver que sucedía casi me veo en plan plancha en la carretera, el estúpido de Sergy casi me tira al hacer la gracieta de correr delante de Gerard y Cesc que por alguna de sus jugarretas querían hacer que comiera suelo, una vez más.
- Hey, perdona, ¿estás bien?- Preguntó el rubio de ojos azules con ese acento español y un toque de catalán Gerard Piqué tendiendo la mano para ayudarme a levantar.
- Si, ay, creo que tu amigo debería avisar para hacerse paso.
- Cierto pero... es... es Sergy- me limité a sonreir y el se fue corriendo tras sus amigos.
- ¿Si, ay? Por dios Abby- rió burlandose Beth-¿ el rubio de oro te ha conquistado? No te fies- comentó tajante. Kristine no dijo nada, en ese tema o lo relacionado con Gerard nunca se metía.
- No, no, solo era amable.
- Já.
- Beth, para, ¡jooooooder hermanas llegamos tarde!- todas reimos y entramos una vez más corriendo a clase, tocaba las mas jugosas de las asignaturas; biología.